El uso de la inteligencia artificial podría tener un costo ambiental oculto

Las herramientas de inteligencia artificial generativa, como los modelos de lenguaje, se han convertido en asistentes cotidianos para múltiples tareas. Sin embargo, estudios recientes revelan que su funcionamiento implica altos costos ambientales ocultos. Cada instrucción enviada a una IA requiere un procesamiento complejo en enormes centros de datos, lo que consume considerablemente más energía que una búsqueda común en internet.

Investigadores en Alemania evaluaron 14 sistemas de IA y concluyeron que las preguntas complejas generan hasta seis veces más emisiones de dióxido de carbono que las sencillas, y que los modelos más avanzados pueden producir hasta 50 veces más emisiones que los básicos. Esto se debe a que los modelos grandes, con más capacidades de razonamiento, utilizan una cantidad inmensamente mayor de parámetros, lo que incrementa el consumo energético.